El pasado 19 de junio tuvo lugar el décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI como Rey de España y como Jefe del Estado, en virtud de lo previsto en el art. 56 de la Constitución. Y quizá este aniversario ha coincidido con el momento más polémico para la pervivencia de una institución constitucional sobre la que no hay sondeos oficiales de opinión desde 2015 y que hoy encuentra detractores tanto en la izquierda como en la derecha política, que cuestionan su legitimidad democrática o su incapacidad, respectivamente.
En el debate sobre la forma de la Jefatura del Estado en España no faltan nunca elementos más pasionales que racionales, con la extrema facilidad que tienen los primeros para ser retorcidos y manipulados convenientemente para llegar a conclusiones interesadas, y quizá ahí podamos encontrar la causa de que un organismo oficial como el CIS, venga considerando la adhesión o desafecto ciudadanos a la monarquía como un asunto sobre el que es mejor no entrar a preguntar.
Una sociedad madura políticamente quizá no debería ser privada de la posibilidad de expresar a través de una encuesta, su opinión sobre un tema trascendental como el de si cree que la Jefatura del Estado de su país debe organizarse de un modo u otro o pronunciarse sobre posibles alternativas. Pero si actualmente no se está dando esa posibilidad desde el CIS, debemos preguntarnos si las razones son la complejidad desde un punto de vista técnico, jurídico y político de la cuestión, o quizá que la sociedad española no está en condiciones de desarrollar el hipotético debate de una manera racional, desapasionada y con perspectiva constructiva. O puede que, sencillamente, los españoles no consideremos tal debate como algo urgente o necesario.
En todo caso, ser capaces de debatir, proponer y defender una posición, o argumentar frente a la del contrario, es precisamente el reto de nuestros «En Nexo hablamos de…». Y respecto a la jefatura del Estado, como en muchos otros temas, quizá no se trate tanto de una cuestión de sí o no, sino del porqué o el para qué de una opción u otra y de las consecuencias que pudieran tener para el devenir de nuestro país.
Al margen de cualquier reflexión, cabe que todos nos felicitemos por el aniversario de la proclamación de Felipe VI, al que deseamos siempre y por encima de todo, mucho acierto en el ejercicio de sus funciones constitucionales como Jefe del Estado.
